Distribución del Yaguareté en Argentina
El Yaguareté es el mamífero de gran tamaño que más territorios perdió en Argentina, más del 90% de su distribución original.
Hacia principios de 1900 aún se encontraban algunos ejemplares en regiones aisladas de la pampa húmeda y hacia mitad de siglo ya había desaparecido casi hasta su distribución actual, siendo muertos en esta época los últimos ejemplares de Corrientes, Entre Ríos y sur de Misiones.
En las últimas décadas su rango de distribución se ha mantenido relativamente estable, debiéndose principalmente a la marginalidad, lejanía respecto de las grandes ciudades e inaccesible de sus actuales territorios. Sin embargo, en los últimos 10 años, en las zonas límite de su distribución, se ha vuelto cada vez más raro y seguramente con ejemplares en tránsito o ya aislados, como es el caso de la zona del Valle del Cuñá Pirú, Colonia Andresito y alrededores de San Pedro en Misiones, las sierras de Metán, La Caldera y El Parque Nacional El Rey en Salta, Las Sierras de Santa Bárbara y Maíz Gordo en Jujuy, el Chaco Húmedo y zonas del Chaco Seco Salteño y del Noreste de Santiago del Estero. Todas zonas donde aún se producen registros, pero en forma cada vez más aislada y esporádica.
Selva Misionera o Paranaense. Hoy encuentra relativamente buena protección en el bloque selvático del norte de la provincia de Misiones, fundamentalmente en Parque Nacional Iguazú, los Parques provinciales Puerto Península y Urugua-í (en especial el área norte) y la Reserva Natural de la Defensa Puerto Península. Sumado a ellas está la Reserva San Jorge de la empresa forestal Arauco, cuya ubicación es clave debido a que conecta y cierra el bloque. Los Yaguaretés utilizan incluso las áreas forestadas, en especial aquellas donde se dejan fajas de monte nativo (llamadas Fajas Ecológicas).
Al sur de la ruta 17 aún persiste un bloque selvático de alrededor de 50.000 hectáreas y buen estado de conservación, aunque no posee áreas protegidas estatales y eso atenta contra su conservación a largo plazo. Esta área ubicada en el centro del Corredor Verde es fundamental, pues es una Zona Núcleo muy poco estudiada, cuenta con apenas unas pocas hectáreas bajo protección privada y la cacería furtiva aún es muy alta.
Algunos ejemplares aún alcanzan el Valle del Cuñá Pirú y un poco más al sur, debido a la conexión de selva matizada con plantaciones industriales (principalmente de pinos) que aún le permiten moverse por las sierras centrales de Misiones. Sin embargo, esta zona ha sido históricamente de alto riesgo debido a los conflictos que se generan con los ganaderos vecinos, quienes los matan como represalia cuando ataca su hacienda. Recientemente (desde 2012), los trabajos desarrollados por la Red Yaguareté junto al Ministerio de Ecología para buscar una convivencia armónica, están trayendo una luz de esperanza para que sea posible una subpoblación estable en el área. Es urgente la zonificación y creación de nuevas áreas protegidas hacia el norte, antes de que la conectividad se vea interrumpida por la transformación del hábitat en forma irreparable.
La Reserva de Biósfera Yabotí y zonas circundantes, que totalizan cerca de 300.000 hectáreas, aún albergan Yaguaretés. A pesar de la extracción maderera que existe en la zona, no se han producido grandes desmontes y la principal amenaza es la cacería, pues la zona es muy extensa y cuenta con una amplia frontera con Brasil, desde donde ingresan muchos grupos de cazadores a buscar las presas que del otro lado de la frontera ya no se encuentran.
En las Yungas de Salta y Jujuy, destacan dos áreas prioritarias: el Corredor Serranías de Zapla (Jujuy)-Baritú (Salta) es sin dudas la zona de mayor importancia para el Yaguareté por múltiples razones: es la mayor extensión continua de selva, la que se encuentra en mejor estado de conservación, la de más difícil acceso por ser muy quebrada y donde aún existe una buena disponibilidad de presas (en algunos lugares, muy buena). Sin embargo, las actividades ganaderas principalmente de comunidades Kollas (Fincas San Andrés y Santiago) presentan conflictos con el Yaguareté debido a predaciones de éste sobre los animales domésticos, y constantemente se producen muertes del felino al no existir aún un plan para encarar el problema.
El Parque Provincial Laguna Pintascayo, aún sin una implementación efectiva requiere de una optimización en el control de caza, ya que es una oportunidad que no se puede desaprovechar para reforzar las posibilidades de conservación que esta área presente. Existen dos rodeos ganaderos al norte y al sur que nunca fueron removidos y que afectan el ambiente de manera significativa.
La segunda área de importancia es la que se encuentra dentro del Corredor Juntas de San Antonio-Tartagal-Acambuco. Es la franja selvática que va desde Salvador Maza, en el límite con Bolivia, y la junta de los ríos San Francisco y Grande de Tarija, y desde allí hasta las Juntas de San Antonio y los ríos Grande de Tarija e Itaú hacia el norte, la situación es poco conocida ya que no existen investigaciones recientes. La Administración de Parques Nacionales (APN) está llevando adelante un censo con cámaras trampa que en breve arrojará mayores precisiones para esta zona y sus Yaguaretés. Aún se encuentran selvas en buen estado de conservación y de difícil acceso. La única área protegida -aunque solamente en los papeles, como casi todas las provinciales- es la Reserva de Fauna y Flora de Acambuco, donde el Overo está presente, aunque también es muy cazado. Es una zona prioritaria para conservar y que hasta ahora ha permanecido sin mucho interés por parte de científicos e investigadores. A raíz de la sanción de la Ley Provincial 7274 que desafectó como tal a la Reserva Provincial Lotes 32 y 33 de General Pizarro, se sumaron a esta unidad unas 25.000 hectáreas de tierras fiscales aledañas.
En las sierras de Santa Bárbara y Maíz gordo, tampoco hay estudios recientes, aunque sí algunas referencias aisladas que permiten creer en su resistencia aún allí. Es casi seguro que es una de las áreas con mayores probabilidades de extinción en el corto plazo, debido a la gran tasa de deforestación actual y a la casi inexistencia de áreas protegidas y control. Tampoco se conoce si los Yaguaretés de esta zona tienen posibilidades de comunicación con las poblaciones conocidas del oeste (Calilegua y zonas más al sur), el área adyacente de la ruta 34 se encuentra muy alterada y pocos lugares podrían servir de corredores para grandes mamíferos, como el predio Sauzalito de la empresa Ledesma, en Jujuy.
Gran Chaco. Esta región que comprende el este de Salta (chaco Salteño), centro oeste de Formosa y Chaco y el noreste de Santiago del Estero, es la que posee la población en estado más crítico de todas.
Si bien su superficie es muy amplia, los registros de Yaguaretés son cada vez más escasos. Desde hace varios años que los registros del Manchado en el Parque Nacional Copo son muy escasos, al igual que en los Parques Provinciales Loro Hablador y Fuerte Esperanza, (sus vecinos chaqueños).
Decididamente la concreción de un Parque Nacional en la Estancia La Fidelidad, (hasta ahora demorado por cuestiones legales) representa la última gran oportunidad para la especie en esta ecoregión. La Fidelidad, con sus 130.000 hectáreas del lado chaqueño y otras 100.000 del lado formoseño, aún ofrece un ambiente muy parecido al chaco original, con abundantes selvas y bosques, agua y una abundancia de presas como en ninguna otra parte del Chaco.
En Formosa sin dudas, la zona a relevar es el Bañado La Estrella, que por sus características y extensión aún podría albergar un interesante número de ejemplares o servir de corredor entre zonas mas sureñas y desde el vecino Paraguay. Sin embargo, aún quedan zonas donde es necesario investigar para determinar la situación del Tigre localmente, ya que la gran cantidad de riachos bien cubiertos de vegetación y de largas extensiones de sabanas inundables y zonas áridas existentes, aún podrían albergar al más grande de los carnívoros terrestres de Argentina.
En el Chaco Seco salteño, una de las regiones con mayor tasa de desmonte del planeta, la situación también es poco conocida, aunque existen referencias relativamente recientes que indican su presencia todavía en la región. Además, al mantener aún continuidad con el Impenetrable Chaqueño -esa enorme masa boscosa que se resiste a desaparecer a fuerza de ser la de mayores temperaturas del continente y de no poseer prácticamente curso de agua alguno que haga más hospitalaria su visita- necesita de la creación de áreas protegidas en forma urgente.
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